27 septiembre 2007

UN TUNEL PARA HORTA

Hoy se han realizado la "II Jornada Participativa Pla Director de Mobilitat de la Regió Metropolitana de Barcelona" adonde he acudido por motivos de mi trabajo.

El acto ha sido presentado por Manel Nadal, Secretari per a la Mobilitat del DPTOP de la Generalitat de Catalunya. El plan es un tanto obtuso, lleno de datos, pero Manel Nadal nos ha realizado cuatro pinceladas de algunas cosas que, aunque no escritas y detalladas, figurarán en el proximo Plan de Director de Infraestructuras:

EL TUNEL DE HORTA

Vuelve a ponerse en marcha esa idea a la que se ha opuesto la AA.VV. de Horta tantas veces, aunque ahora, la propuesta es la de desarrollar una nueva línea de tren que desde las Glorias llegue a Horta, el Parc Tecnològic del Vallès, los polligonos industriales de Cerdanyola y Ripollet, la UAB y llegue hasta Sabadell y Terrassa.

La ventaja de esta nueva línea totalmente soterrada es que dotaría al bario de horta de ferrocarril que le daría una centralidad que hasta ahora no ha tenido nunca en la ciudad.

Ni que decir que la creación de este nuevo ramal ferroviario dotaría a Barcelona de una nueva vía de transporte público que descongestionaría las autopistas del vallés.

El proyecto aún es muy embrionario y quizás no es más que una idea. Pero, pone de manifiesto que el Govern de la Generalitat si tiene un plan para invertir en las infraestructuras que el país y la ciudadanía necesita.

Si alguien tiene interés en el Pla Director de Mobilitat de la Regió Metropolitana de Barcelona ...

18 septiembre 2007

O JUGAMOS TODOS O AQUÍ NO JUEGA NADIE

A proposito de la crisis hipotecaria americana y la crisis de liquidez del mercado interbancario, desde posiciones de izquierdas debieramos sostener que facilitar liquidez a entidades financieras de no conocida solvencia es "cagarla".

No es ni lógico ni justo rescatar a Hedge Funds ni a los especuladores financieros.

Y el conocido liberal Xavier Sala Martin también comparte mi opinión:

Cuando Se Pierde.. Se Pierde

Supongo que muchos de ustedes no juegan regularmente a la ruleta y, si lo hacen, apuestan cantidades moderadas porque saben que si juegan demasiado acabarán perdiendo mucho. Pero, ¿qué harían si el gobierno decidiera devolverles el dinero cada vez que no sale el número apostado? Si me permiten, yo les recomendaría que se fueran corriendo al Banc Sabadell, pidieran un crédito de millones de euros y se fueran directos al casino: cuando los números les salieran de cara, se forrarían y cuando no, el gobierno se lo devolvería todo. Naturalmente, ese programa tendría dos consecuencias. La primera es que nos convertiría a todos en jugadores patológicos. Y la segunda, que en pocas semanas el gobierno se quedaría sin un euro.
Absurdo, ¿no? Pues eso es precisamente lo que proponen algunos políticos norteamericanos para salir de la incipiente crisis financiera. La historia empezó hace cinco años cuando, al ver que los tipos de interés eran anormalmente bajos, algunos financieros listos vieron una oportunidad de negocio en las familias consideradas “peligrosas”. Es decir, familias poco solventes, con rentas bajas o con un historial de impagos catalogados como “clientes de baja calidad” (o, en inglés, “subprime”). Al no haber competencia de los bancos normales ya que no quieren tener nada que ver con esos clientes peligrosos, los nuevos financieros podrían concederles créditos hipotecarios a un tipo de interés elevado. El negocio consistía en pedir dinero a los bancos normales a tipos bajos y prestar a clientes peligrosos a tipos altos.
Para hacer más atractivo el paquete, ofrecían programas de repago con cuotas muy bajas durante cinco años. En realidad, era como si inicialmente dieran tipos de interés subsidiado, un subsidio que pensaban cobrar con creces a partir del quinto año.
Pues bien. Estamos hoy en el quinto año, las cuotas han subido y, como era de esperar, una parte de esas familias “peligrosas” no han podido afrontar sus pagos y los financieros se han visto obligados a quedarse con sus casas. El problema es que los precios de esas casas han bajado y los tipos de interés han subido con lo que esos financieros se han quedado sin negocio y con una enorme cartera de viviendas que no pueden vender. Muchos de ellos, amenazados de quiebra, están despidiendo a sus trabajadores, cerrando locales y reduciendo dramáticamente sus actividades. Es la llamada “crisis de los créditos subprime”.
Como siempre que ocurren crisis de este tipo, ya han aparecido los políticos que reclaman la intervención del gobierno y de la Reserva Federal para que facilite dinero barato a esas empresas con el objetivo de evitar que se vayan al garete. Eso sería un error: una de las bases del sistema financiero es que los beneficios elevados se consiguen sólo si uno asume riesgo. Es decir, el retorno es el premio para quien se arriesga a ganar mucho… o perder mucho. Y los financieros sabían que recibían un interés más elevado de lo normal, única y exclusivamente porque estaban prestando a clientes “peligrosos”. Si la cosa hubiera salido bien, ellos se hubieran quedado el dinero. Ahora que ha salido mal son ellos, y no los contribuyentes, los que deben pagar las consecuencias. Salvarlos ahora de la ruina tendría los mismos resultados que el programa de devolver el dinero a quien juega a la ruleta y pierde: aparte de malversar recursos públicos, aparecerían muchos nuevos financieros con ganas de especular con riesgos excesivos porque sabrían que, en caso de que las cosas salieran mal, el gobierno les salvaría el trasero.
Todo esto no quiere decir que el gobierno no deba intervenir. Lo debe hacer en dos áreas distintas. Primera, si la crisis se contagia al resto de la economía, entonces y sólo entonces, deberá bajar los tipos de interés. Pero no como una cosa especial, sino siguiendo las mismas reglas que utilizaría la crisis hubiera sido causada por un aumento de los precios del petróleo, un ataque terrorista o una recesión en China. Segundo, el gobierno debe asegurarse que las familias no fueron engañadas con el anzuelo de intereses subsidiados al principio seguido de intereses usureros a partir del quinto año. Si las familias sabían y entendían lo que estaban haciendo, no hay problema. Pero si fueron inducidas al engaño, los timadores deben ser perseguidos. Y para impedir que futuros financieros abusen de los clientes siguiendo esa estrategia, el estado podría aprobar una ley que permitiera a cualquier cliente devolver el resto de la hipoteca en cualquier momento y sin penalización. De este modo, si un financiero decide subsidiar los intereses durante cinco años, allá él: los clientes aceptarán encantados ese regalo porque, llegado el quinto año, podrán pedir otro préstamo a tipos normales y devolver el dinero al usurero con lo que éste se quedará sin negocio.
Dicho esto, lo que no debería hacer el gobierno es imponer regulaciones y barreras que impidan la aparición de nuevos empresarios financieros que se arriesguen e innoven. Al fin y al cabo, aunque todo esto acabe en una crisis, el episodio del crédito “subprime” ha permitido que millones de familias pobres pudieran comprar casas. Y, de hecho, el 97% de ellas ha resultado ser lo suficientemente solvente para devolver el dinero e impedir que eso pueda volver a suceder sería un error. Ahora bien, el gobierno debe dejar claro que, como diría el gran filósofo e inventor de la técnica de la obviedad con mensaje profundo, Johan Cruyff: cuando se gana, se gana, y cuando se pierde… se pierde.

13 septiembre 2007

POLITIQUES SOCIALS D'ESQUERRA I ORGANITZACIÓ DE L'ESTAT

Quan sigui gran vui ser Solbes: ja tinc la seva panxa i ara em vui deixar barba.

Davant l'esquerrana cavalcada d'alguns polítics del govern d'Espanya i d'Andalucia, ens ha sortit en Solbes, que com tants socialdemocrates de pro, fent preguntes inconvenients:

- Per qué el govern central interfereix en les competències traspassades? L'autonomia de les comunitat autòmes tè que ser de la despessa i aquesta no pot ser ordenada pel govern central sense vulnerar el principi de subsidarietat i l'organització que ens hem donat: ens arrisquem a disposar d'un govern central que recapti impostos (cada vegada menys perque no tindrà on gastar-los) i decideix quines obligacions de despessa tenen que assumir ajuntaments i comunitats autònomes. Aquestes propostes es tenen que consensuar amb les administracins titulars de les competències (Solbes dixit).

- Són sostenibles aquestes mesures? Es a dir, una comunitat que reb (amb tota justícia) la part del lleó de les subvencions estatals, dels fons de cooperació inter-territorial, no pot unilateralment ampliar drets (amb despesa) a costa de rebre més i millors subvencions per a nous drets. Peró, les preguntes són: és sostenible en el temps la subvenció de la vivenda a la classe mitja? (Solbes dixit). I la meva és, tant bé tenim els serveis públic (sanitat, educació, infraestructures) com per a invertir en nous?

12 septiembre 2007

REFUNDAR EL CATALANISME

Van ser els primers 23 anys de govern de Jordi Pujol els que varen ferir de mort el catalanisme polític. El seu mal, la identificació: Catalunya soc jo! (es a dir, ell).

Després, les malaguanyades negociacions del nou estatut (i el seu fill pròdig: l’estatut del 30 de setembre) van ser qui el va portar al cementiri.

A la vetlla varen assistir, entre d’altres, els presidents Zapatero i Maragall.

El respons va ser d’Artur Mas.

El 40% de masses enfervorides el varen acomiadar un dia de Tots Sants.

Ens crida ara el mossèn per l’exorcisme?