A veces las preguntas se acumulan e impiden encontrar las respuestas. A modo de exorcismo, verbalizar los demonios ayuda al endemoniado:
¿De quién son los partidos políticos?
¿A quién pertenecen?
¿A quién se deben, a votantes o a militantes?
¿Pueden actuar sus militantes ignorando a sus votantes?
¿Pueden actuar sus lideres ignorando a sus militantes?
¿Pueden los militantes tomar decisiones distintas a la de sus líderes?
Y si lo hacen, ¿qué deben hacer sus líderes?
¿Pueden sus votantes ignorar las decisiones que toman los líderes y los militantes?
Y si así lo hacen, ¿qué debe hacer ese partido político?
O mejor aún, ¿qué deben hacer esos votantes en las siguientes elecciones?
Ejemplos de situaciones en las que se producen estos hechos no han de faltarnos: desde la postura del PSOE español ante la OTAN o el abandono del marxismo, las nacionalizaciones del MAS en Bolivia, o ERC y el referéndum del estatuto catalán.
Para alguna he encontrado respuesta (si las bases desautorizan a la dirección, esta debiera dimitir), pero para otras no.
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