06 diciembre 2008

LOS PADRES DE LA CONSTITUCIÓN DEJARON A TU ABUELO EN LA CUNETA PARA QUE HOY PUEDAS PREGUNTAR LIBREMENTE POR EL

Este es el banner con el cual mi admirado Ricardo J. Royo-Villanova abre su blog. Y como hacía tiempo que me estaba quitando de esto, pues no lo había visto. Así que hoy, le daré comentario.

Si ayer hablé de los padres de la constitución, quizás toque hoy nombrar a los abuelos de la constitución: las renuncias de los padres de la constitución fueron imprescindibles para que hoy nos hayamos transformado en estos nuevos ricos que somos (nuestro desarrollo político y social en 1975 no era mayor que el marroquí o el argentino). "Los abuelos" fueron el precio que pagamos, el peaje que nos ha permitido circular por esta autopista europea. Ellos son, pues, "los abuelos de la constitución".

Así que la pregunta tiene una respuesta muy sencilla, clara y conocida por todos: para que hoy nos podamos hacer esta pregunta, en la transición los padres de la constitución (los de la izquierda) tuvieron que dejar a tu abuelo en la cuneta.

Y cosas peores, pues afectaron a niños que habían sido robados (sí, como en la Argentina de Videla!!!!) y a los que se les negó su origen.

Y es verdad, ya es hora que recuperemos a estos abuelos, que resarzamos estos entuertos. Y, parace que la ley de la memoria histórica ya no vale. Tan nueva y ya tan vieja.

Se ha quedado obsoleta porque la han superado los Garzones y la razones: no se trata de juzgar al franquismo, no se trata de reivindicar la República, no se trata de contestar al necio Moa, ni al Rouco fariseo de moral con doble rasero.

Ahí radica el error.

Se trata de reivindicar la legalidad:
- Es ilegal enterrar a los muertos en cualquier lado,
- Es ilegal sustraer la patria potestad de los padres arbitrariamente y dar los niños en adopción,
- Es ilegal "pasear" a los presos,

... en definitiva, hay que encontrar a los desaparecidos, devolver la identidad a los niños robados, encontrar las fosas donde se procedió a enterramientos ilegales, identificar los cadaveres y entregarlos a sus familias ...

... y cerrar el falso perdon de la transición. Reconozcamos que sin ellos, sin su ausencia en estos años, sin su sacrificio, hoy no estaríamos donde estamos.

Y esta tarea (explicada así de clara: restituir a las personas su identidad, encontrar a los desapareciedos) debe ser asumida por el estado.

Ese debiera ser el problema a resolver y no la anulación de las sentencias sumarias de muerte dictadas por el franquismo. Para la memoria de Lluis Companys, su condena debiera ser un mérito histór¡co mayor al que la anulación ha de reportarle.

El franquismo ya ha sido juzgado y condenado por la historia, aunque Moa no lo crea. Y, como Garzón ha demostrado, Franco parece que ya ha muerto.

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