24 enero 2008

MEDIOCRACIAS Y ADAPTACIÓN AL CAMBIO

A raiz un post de Jose R. y de Egócrata, me he dedido a escribir este comentario:
Todas las organizaciones (políticas, empresariales, etc) necesitan disponer de un importante número de mediocres: los mediócratas (también denominados mesócratas). Y esto es así porque el número de genios y lideres carismáticos es limitado: la mediocridad es la máquina que mueve el mundo.


Ahora bien, a mi modesto entender, lo que Jose critica es cierto tipo de organizaciones (políticas especialmente, pero también económicas) donde la mediocridad se transforma en miedo-cridad.

Si en cualquier organización el éxito, el talento o la creatividad tiene su recompensa, en algunas (como podría ser la empresa familiar) puede ser contraproducente, pues, el mérito y el éxito quedan reservados para un limitado grupo de personas (la propiedad y la dirección) que, en definitiva, detentan el poder y secuestran la información.


En este caso, el miedócrata tiene como principal función perpetuar las estructuras de poder, limitar el acceso a la información y preservar el éxito de advenedizos que deseen usurparlo: es el capataz de la plantación.El modelo organizativo es el del ejercito regular.

Sus ventajas resultan evidentes, pues, la organización funciona como un solo hombre (o mujer). Este es el hábitat del miedócrata, al cual denomino con este palabro porque es el guardián del miedo: del miedo que tiene su superior a no ser imprescindible, a que le roben el fuego; el miedo que tiene el propio miedócrata a que se prescinda de sus servicios o a que su tropa le substituya.


La afirmación de Egócrata de que lo partidos son esa élite de Ferraz, Nicaragua o Génova, hay que recordarles que necesitan de tropa para ocupar físicamente el poder. Y sociedades complejas como la nuestra, el poder es tan extenso. La élite es tremendamente adaptativa, pero, su miedocracia ni puede ni debe serlo. La máxima del ejercito es la obediencia.


Aquí citaré al propietario de la empresa para la que trabajo: “No te pagamos por pensar”.

Contra este tipo de organizaciones se pueden contraponer otro, también piramidal, pero, donde la adaptación no proviene tanto de la capacidad de la dirección para afrontar los cambios que sus clientes o electores van reclamándole. Este tipo de organización, obviamente, la pirámide se achata para acercar la dirección al problema, por lo que no soporta grandes burocracias. La información es un elemento critico y fluye. El trabajo en equipo prima sobre el individual.

Y es que la capacidad de cálculo de 10 personas con IQ de 100 es más potente que la de un genio de 180.


En este tipo de organizaciones, con tanto mediocre como cualquier otra, no tiene cabida el miedócrata porque prima la adaptación al cambio, la creatividad y el trabajo colaborativo.En una interpretación un tanto libre de las palabras de Jose, creo que lo que hecha de menos en los partidos no son a bloggers en las poltronas (ser blogger es como ser ajedrecista), sino, pirámides chatas, trabajo colaborativo y fluir de información

2 comentarios:

R. Senserrich dijo...

Y los costes de información, negociación, transacción y la dificultad de tomar decisiones de forma colegiada ¿qué?. :-).

Un partido no se puede gobernar por comité. Pregúntale a Llamazares, la tropa de ERC o los verdes alemanes si eso va bien.

Es triste, pero una organización descentralizada y colaborativa no es lo suficiente flexible para un partido.

Xava dijo...

A estos costes habría que añadir los costes de la desafección, etc. Obviamente no se trata de que los partidos o las empresas las dirijan comites o asambleas (¿qué se manipula mejor?) sino de establecer estructuras que se adapten mejor a los distintos rincones de la sociedad y del poder.
En consonancia con tu tesis, la organización de la iglesia católica, centralizada, donde los costes de información, negociación y transacción son 0 y donde la toma de decisiones es unipersonal está perdiendo en el negocio de las almas a manos de las menos burocratizadas iglesias evangelistas.

Aceptar la tesis que los partidos (como cualquier otra organización) han y deben ser organizaciones dirigidas manu militari por élites que se cooptan entre ellas es creer inevitable el lider mesiánico.

El valor de incurrir en mayores costes en la toma de decisiones que supone el trabajo en equipo frente a las baratas decisiones unipersonales reside en la capacidad de ambos sistemas para encontrar la mejor solución. Que cada uno piense cuál puede ser mejor.

Por último, el trabajo en aquipo y el funcionamiento de un "comité" no tiene porque ser lo mismo.

PS: Que difícil es disentir de las personas que admiras.