Los debates políticos en televisión son imprescindibles en las campañas electorales: el medio de comunicación por excelencia no puede ser sólo cancha publicitaria. Pero, una vez realizados viene el post-debate y el quién ganó: la simplificación que necesitan los mass media ataca de nuevo.
El ganador no depende de los resultados de las encuestas, sino del efecto del debate en los distintos segmentos de votantes.
Hoy los votantes del PP están felices: han colocado todos sus mensajes de campaña (la ESPAÑA ROTA, el GOBIERNO PRO-ETA y ANTI-AVT, la INFLACIÓN y las HIPOTECAS, el ESTATUT, los INMIGRANTES DELINCUENTES). Sus votantes movilizados han oído lo que querían oír.
Pero, ¿y el resto? Os pongo mi ejemplo: cuando he llegado al despacho he hablado con los más tibios a la hora de votar y están horrorizados ante el mensaje de terror que vieron ayer en el discurso de Rajoy. No les ha gustado que insulte al presidente ("agrede a las víctimas del terrorismo"), que haga demagogia con la economía (no son tontos y, aunque les jode, saben por qué suben el IPC y la HIPOTECAS) y menos con los inmigrantes. Son gente educada y con estudios, universitarios much@s, pero que conviven sin demasiado esfuerzo con ellos.
Gracias, Rajoy por acojonar al personal y facilitarme tanto el trabajo de convencer a mis compañeros de trabajo, vecinos y lectores que si no van a votar, ellos vuelven de nuevo. Y, ahora más que nunca, dais miedo.
26 febrero 2008
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