DOS PARTOS ESPERADOS Y FELICES

Mi hermana pequeña vive sola desde hace muchos años y anoche tuvo que volver a llamar a su madre para que la volviera a acompañarla al hospital: su hija Maite se había hartado del seno materno y pugnaba por salir. Es lo que tiene hacerse mayor.
Ha pesado poquita cosa (2,3 Kg) y se va a pasar unas horas en la incubadora, pero, para es para su madre uno de los mejores regalos de cumpleaños que pueda volver a tener. ¡Lo había deseado tanto!


La abuela (luego, mi madre) esta feliz y radiante. Ya no se acuerda del cabreo que pilló cuando se enteró que su hija soltera estaba embarazada!!! Si mi padre volviera del otro mundo no sólo no reconocería a su hija o a su hijo, es que no conocería a su esposa!!!


Mis hijos están muy contentos, especialmente la pequeña, que quiere ya ir a jugar con su primita.


Y por otro lado, la reforma de La Clota que ya llega. El País dice que hoy recibirá el visto bueno del pleno, pero, no asegura que ERC vote a favor.


Los que conocen el barrio y la gente que allí viven conocen también de la importancia de la reforma: un barrio de casitas humildes casitas unifamiliares, de calles angostas, algunas sin asfalto, solo con cemento, con caminos rodeados de altísimos muros que dividen patios de casas ... un lugar sin parangón en la ciudad, que forma parte de la idiosincrasia de la Barcelona popular y que es necesario rehabilitar y preservar.


Allí he enterrado buena parte de mi infancia, cuando mis padres se mudaron desde el piso de alquiler de la Conca de Tremp con Arboç (al pie de la imponente rampa que subía al Carmelo) y se fueron a vivir a Pantano de Tremp, frente a la imponente Clota que se veía desde la ventana del comedor.



Cuantas veces no habré ido a jugar a La Clota. Y desde Septiembre de 1978 todos los días lectivos la pateaba 4 veces para ir y volver del cole primero y del insti después. Aquella era una Barcelona agreste y un pelín salvaje que no se veía cuando cuando viajabas al centro.
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Felicidades, pues, a las dos: a mi hermana y a La Clota.