Después de un largo periodo de “asuntos propios” cuando trato de reengancharme a escribir me encuentro con otra nueva normalización de la españolidad, como cada vez que un equipillo de algo gana un “loquesea”, llámese Mundial de Baloncesto, Eurocopa o Roland Garros.
Y con el pollo mediatico que han montado con PRISA es lo que ha vuelto a pasar: la rojigualda ya es de todos para Netoratón y Joselito ya ha metido cuña para vindicar la normalidad de la enseña bicolor por las plazas y calles de Catalunya.
Pero no, lamentablemente poco a pasado, salvo que unos tíos en calzoncillos han ganado un trofeo de hojalata, lo cual tiene un gran mérito deportivo, pero, “na” más.
Estaban los PRISAneros de la ROJA y de su españolizad, los que despotricaban porque no juega su selección NACIONAL y le deseaban lo peor a sus compatriotas que militaban en esa selección “no vasca” y “no catalana”. Están los que alucinan al ver a Xavi con una “estelada” y con la rojigualda al cuello.
Y todo eso sólo demuestra que no hay normalidad. Cuando unos niegan que haya un sentimiento nacional vasco o catalán o de “andesea” en base a los share de los partidos y otros reivindican la normalidad de ondear banderas españolas debe ser que no se ve tan normal.
Y aún menos cuando las banderas que ondean tienen tatuado el toro, que no deja de ser un pollo travestido.
Y no hay normalidad porque tanto nacionalista de tanto sitio (español, catalán o vasco) trata de imponer su versión de España (o de la NO-España).
02 julio 2008
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1 comentario:
Estoy contigo Antonio, sobre todo en lo del pollo travestido. Demasiada testosterona atragantada y poca masa gris en esta nuestra querida España. ¿Qué fue de aquella España que describia Machado? ¿Existe aún o la remataron de tal forma que no volvió a encontrar su identidad? Existe, os puedo asegurar que existe. Existe en los compañeros de Moratalaz, en mi amigo Luis Santana de Valladolid que siempre se me queja de que los metamos a todos en el mismo saco. Lo que ocurre es que el fútbol y los toros no es precisamente un ambiente en el que brille la sensatez ni la altura de pensamient, con todos mis respetos al fútbol, no así a los toros.
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